¿Perdonar una infidelidad?


Este artículo está enfocado en la infidelidad afectivo/sexual (hay más formas de ser infiel como comento en este artículo). Después de leer cientos de consultas que nos enviaron a nuestra página de facebook (que podés accesar en este link) decidí abordar este tema porque hay muchas dudas al respecto y nos compromete mucho emocionalmente.

En primer lugar quiero aclarar algunos términos para que nos quede completamente claro de qué estamos hablando:

Perdonar significa, entre otras cosas, dejar de resentir (re-sentir = volver a sentir), liberarnos de las emociones negativas a las que mantenemos atada a una persona y liberarnos a nosotros mismos de ese malestar aceptando las cosas que ocurrieron.

Perdonar entonces no es sinónimo de continuar con la relación, esta es una diferenciación necesaria porque generalmente mezclamos ambas cosas.

Considero que perdonar es lo más saludable que podemos hacer con las situaciones de nuestro pasado que nos dolieron, nos ayuda a superarlas. Esto no es algo que podamos hacer al calor de la emocionalidad pues es importante digerir primero las cosas, asumir y lidiar nuestro dolor para después con la cabeza fría decidir continuar nuestro camino.

Ahora, ¿debemos continuar una relación después de que se presente una infidelidad?

"Depende" es la eterna respuesta de los profesionales de psicología, incluso la mía. Pero a mí tampoco me gustan las medias tintas, adentrémonos en el tema y veamos de una vez de qué depende:

¿Cómo nos dimos cuenta de la infidelidad?

Si nuestra pareja nos ha confesado una situación de infidelidad significa que ha tomado consciencia de que lo que estaba haciendo es incorrecto e irrespetuoso, si además propone iniciar un proceso de terapia y trabajar en fortalecer la relación podemos confiar en que algo interno en esa persona se ha movido y quiere encontrar un cambio (que pueda sostenerlo es algo que no puedo asegurar).

Caso contrario, ser nosotros los que descubrimos en el engaño. En esta situación la persona no tenía la menor intención de cambiar, fuimos nosotros los que al darnos cuenta de lo que ocurría la estamos forzando a entrar en un ambiente diferente. Es normal que las personas infieles al verse acorraladas, asustadas y vulnerables en esa situación, ante el shock y las emociones intensas, propongan una serie de estrategias, cambios y promesas que con toda seguridad... difícilmente se sostengan en el tiempo ¿Porqué? Porque no ha ocurrido nada en el interior de esa persona para que se percate de su fallo y realmente cambie, hace tiempo ya que olvidó los valores y responsabilidades que asumió al entrar al vínculo (a lo mejor nunca los tuvo). El shock de haber sido descubierto puede ser muy intenso emocionalmente pero esto jamás es una prueba contundente ni algo que nos dé certeza sobre el cambio de la otra persona 
Somos adultos y sabemos desde el primer momento que mantener intimidad sexual con otra persona es algo que rompe relaciones, es faltarle el respeto al otro, es poner en juego las ilusiones de un ser humano, es ser cruel por decisión.
-¿No me daba cuenta de lo que hacía?- A no ser que sea diagnosticado clínicamente por un profesional como paciente con disociaciones es algo que no debemos creer, es un engaño.

Y el caso que más puede confundir es cuando la infidelidad luego de ser descubierta continúa ocurriendo, lo que hace que la víctima viva ahora en una novela de engaño, cada vez más perdida, cada vez más confundida. Paralizada ante la ilusión de la promesa de la pareja de que terminará la relación o engañándose a sí misma creyendo las palabras de su pareja cuando en su realidad ve claramente que el vínculo con el/la amante persiste.

En todo caso, el punto al que quiero llegar es que las personas no cambiamos de la noche a la mañana. Cuando estamos en un estado de shock, estremecidos por una noticia estamos vulnerables a engaños, a tomar decisiones impulsivas, a creer en soluciones imposibles, a dar el beneficio de la duda a situaciones en las que no hay dudas, a hacernos de la vista gorda.

Todos estos rasgos son mecanismos de nuestra mente para evitarnos un dolor, el dolor de estar viviendo lo que estamos viviendo, de asumir que realmente nos está pasando. Nos defendemos de ver nuestras ilusiones rotas y nuestros sueños en el suelo al darnos cuenta que nuestra pareja no es lo que esperábamos que fuera, muchas veces incluso intentamos engañarnos a nosotros mismos, nos forzamos a ver a otro lado pero esto no significa que las cosas vayan a mejorar, sin un plan ni supervisión esto sólo nos hace caer en dinámicas más y más destructivas. 

Evaluemos entonces la psicología de la persona infiel y bases reales que ésta tiene para cambiar:
  • ¿Cuales son sus motivaciones verdaderas para cambiar?
  • ¿Quiere estar en la relación porque realmente nos quiere y se imagina una vida con nosotros o porque tiene miedo a la soledad, al cambio o que la relación termine?
  • ¿Qué cambió realmente en la persona, es ahora consciente de los valores y principios fundamentales de la relación a los que se comprometieron y está a la altura de ese compromido?
  • ¿Se muestra realmente arrepentida o está en estado de shock reaccionando impulsivamente por ser descubierto?
  • ¿Qué lo motivó en primer lugar a ser infiel y qué estrategias concretas propuso para que esto no se repita?
  • ¿Evita terminar la relación por dar una apariencia en la sociedad, hijos, familia?
  • ¿Es emocionalmente estable?
  • ¿Está dispuesto a trabajar los problemas de fondo en la relación?
  • ¿Minimiza el efecto de sus acciones infieles en tus emociones y relación?
  • ¿Es la primera vez que esto ocurre o es un cuento doloroso que se está repitiendo de nuevo?
Ante una infidelidad lo correcto es dudar, es mucho lo que estamos poniendo en juego: Nuestras emociones, ilusiones, bienestar familiar, tiempo que podríamos invertir en otra persona, dinero, esfuerzo, ¡¡¡VIDA!!!

Que pasen un día increíble y no se olviden de compartir esta información con las personas que quieren,

Dr. Arnoldo Martínez, Psicólogo.
Citas: 2283 2424 - 8511 2734 (SMS - WhatsApp)


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